Aceptando la invitación
del Don Francesco De Simone, Párroco de Castelsilano (Calabria), tres Hermanas
representantes de las tres comunidades de Italia y de toda la Congregación Hijas de la Inmaculada Concepción de
Buenos Aires: Sor Giuliana Sartelli –Superiora Regional−, Sor Orsola Cadei y
Sor Luciana Sartelli, el 7 de diciembre, a las 6.45 hs., nos pusimos en viaje
con el micro de la empresa SIMET, para poder estar presentes en la fiesta de la
coronación de la imagen de la
Virgen, delante de la cual ha rezado nuestra Fundadora, la Madre Eufrasia
Iaconis.
El viaje resultó más
largo de lo previsto, pero la jornada llena de sol y el espléndido panorama,
sobre todo el atravesar la Sila
con los colores del otoño iluminados por el atardecer, con el fondo verde de
los pinos y de los cipreses, nos ha encantado y hasta el cansancio ha pasado a
segunda línea.
En la terminal (San
Giovanni in Fiore), nos esperaba un señor amigo de Don Francesco, que nos
acercó al hotel “La Duchessa della Sila”. A las 17.30 hs., vino Don Francesco
para llevarnos a la Misa en la Parroquia Santa María Inmaculada de Castelsilano.
Mientras nos esperaban, estaban recitando el Rosario.
La oración se
interrumpió con nuestra presencia, porque todos quisieron saludarnos con mucho
afecto y entusiasmo, como si desde siempre nos hubiéramos conocido. La Iglesia
estaba ya lista para la fiesta de la coronación; la estatua de la Virgen y el
cuadro de la Madre Eufrasia estaban bien a la vista, cada uno en su base
recubierto con tela roja y una carpeta blanca de encaje, con una composición de
rosas pintadas muy bellas. Se repetían en el altar para la celebración de la Santa Misa.
A la mañana siguiente,
el domingo, fiesta de la Inmaculada, a las 9.30 hs., el Párroco nos vino a
buscar y nos llevó a la
Iglesia, donde nos esperaban otras personas que también nos
recibieron con mucha simpatía. Durante la ceremonia, nos dejaron el puesto de
honor como a las autoridades civiles; el banco estaba recubierto de una tela
dorada.
Nosotras nos ubicamos en
el sector derecho, delante de la estatua de la Inmaculada; las autoridades, a
la izquierda, delante del cuadro de nuestra Fundadora.
Antes de la Santa Misa, hemos sido
entrevistadas las tres, para decir en pocas palabras el porqué de nuestra
presencia en esta ceremonia.
Los imprevistos están
siempre en casa de todos. Se sabía que el Obispo no podía venir, pero debía
asistir su Vicario, que a último momento llamó por teléfono para decir que no
podía concurrir. Así, la ceremonia estuvo presidida por el Párroco, Don
Francisco.
La santa Misa se inició
a las 11 hs., animada por un coro bien organizado.
Después de la liturgia
de la Palabra, Don Francesco ha explicado el porqué de la coronación. Como
signo de unidad y de generosidad, cada uno ha donado oro u otra colaboración, a
fin de que pudiera realizarse del mejor modo. Agradeció a todos también por la
presencia tan numerosa. Después de la
bendición de la aureola, antes de fijarlo a la Virgen, Don Francesco, el
orfebre Miguel Affidato y Sor Luciana,
han pasado por el medio de la Iglesia para mostrarlo de cerca a las personas
presentes y después, Miguel lo ha fijado a la imagen.
Todo se desenvolvió en
profundo silencio y gran emoción. Al terminar, estalló un fuerte y prolongado
aplauso y un canto a la Virgen
como signo de devoción. Después,
continuó la Misa
con recogimiento.
Concluida la
celebración, nos sacamos una foto delante de la Virgen y de la
Madre Eufrasia, y después la gente ha
querido saludarnos, confiándonos sus preocupaciones y suplicándonos que
llevemos una comunidad al pueblo.
Todo concluyó
compartiendo dulces preparados por ellos, luego de haber visitado la casa donde
habitó la Madre Eufrasia.
Don Francesco nos llevó
a almorzar con Miguel Affidato, la esposa, su hijo y su nuera, a un restaurante
y el almuerzo consistía en comidas típicas de la zona.
Terminada la comida, Don
Francesco nos llevó al hotel, para descansar un poco.
A las 18 hs., volvió a
buscarnos, para visitar la Abadía de San Giovanni in Fiore; asistimos, también,
a cantos gestualizados a cargo de los jóvenes de la Parroquia. Luego, nos llevó
nuevamente al Hotel.
Al día siguiente, lunes 9, a las 6.45 hs., Don
Francesco nos condujo hasta al micro que nos trasladó de nuevo a Roma.
Don Francesco hace
conocer y amar a nuestra Fundadora de un modo maravilloso a sus parroquianos. Que
el Señor lo bendiga y lo ayude en su apostolado.
Visitar el pueblo, la Iglesia y las viviendas
donde surgió nuestra Congregación es importante y nos ayuda a entender mejor
los sacrificios, las dificultades, pero, principalmente, el gran amor para
llevar adelante el proyecto que Dios había puesto en sus corazones.
Sor
Giuliana, Sor Orsola y Sor Luciana