Compartimos con ustedes la última parte de la entrevista del Padre
Francesco, la cual tuvo lugar a su regreso de la celebración del Centenario de
la Partida al Cielo de la Madre Eufrasia Iaconis, al medio de comunicación
Crónica de Castelsilano.
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Fachada del Hospital General de Agudos “Dr. Ignacio Pirovano” |
Las
Hermanas del Instituto han trabajado mucho y ahora continúan trabajando en
hospitales. Eran enfermeras
especializadas y los médicos de Buenos Aires se esforzaban por tenerlas
porque eran las más preparadas. Sin más, cosa que he sabido últimamente –revela
don Francesco– ningún médico operaba sin la presencia de la Hermana que
controlaba. Hay una foto que ilustra bien este aspecto: se ven los médicos que
operan, las enfermeras alrededor y la Hermana que controla. Era una autoridad».
Después
está «el amor fraterno, la caridad, la oración y la ayuda moral que daban. Hay
también un museo dedicado a la Madre
Eufrasia en Buenos Aires, en la Casa Madre, donde se han recogido tantos
testimonios ya sea de la Madre Eufrasia o del trabajo que han realizado las Hermanas
en el hospital».
El
Papa Francisco, refiere el párroco de Castelsilano, «tiene una óptima relación
con esta Congregación porque conoce muy bien a la Madre Eufrasia y ha
colaborado con ellas en diversas ocasiones. Sé con certeza que el 16 de julio de este año ha dicho claramente que
desea que las Hermanas no dejen el hospital Pirovano, donde prestan un
servicio desde hace más de 100 años, hoy ya no como enfermeras sino en la
acogida, y que el hospital no deje a las
Hermanas. O sea, reconoce la valiosa
importancia de la presencia allí».
Las
palabras del Papa: «una mujer normal y fuerte» es el logo del Centenario de la
muerte de la Madre Eufrasia. «Es una figura histórica, importante desde el
punto de vista social y humano –subraya en conclusión el sacerdote–. Yo he quedado
maravillado al ver a las Hermanas que trabajan en el hospital, en las escuelas
o en una favela. Estas Hermanas, diversamente de tantos otros institutos, se
adaptan a las necesidades de la gente. Si en un lugar es necesario atender
ancianos, atienden a los ancianos, si hay niños para atender, atienden los
niños, lo mismo a los enfermos”.
Tienen
casas también en España y en Italia: una en Roma, una en Grottaferrata y una en
Milán. Allí cada año se reúnen los castelsilaneses. «La casa de Milán ha
cumplido 100 años en el 2013. He sido invitado y me vino la idea de invitar
también a los emigrantes originarios de Castelsilano que se encuentran en Milán
y entornos. Ese fue el primer encuentro en 2013, sucesivamente he propuesto un
encuentro anual que este año se realizó en mayo. Cada año nos encontramos
recordando a la Madre Eufrasia. Es un momento de amistad cultural y religioso
–dice don Francisco– y un momento de alegría y de fiesta».
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