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| Mons. G. Pappalardo recibe la documentación que presentó la Hna. Natalina Fenaroli |
“La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía.”[1]
Estas personas que nos enseñan cómo alcanzar la meta, son los Santos: cercanos, porque compartieron nuestras fragilidades y nuestras luchas, pero verdaderas estrellas de nuestra vida, porque vivieron las virtudes en forma extraordinaria.
Este blog quiere hacerte conocer a una mujer ejemplar. Hoy
lunes, 9 de septiembre de 2019
Venerable Eufrasia Iaconis Entrega de la documentación del Presunto Milagro en la Sede Apostólica
Venerable Eufrasia Iaconis Sesión de Clausura del Presunto Milagro
2 DE AGOSTO DE 2019 103 AÑOS DE LA PARTIDA AL CIELO DE LA VENERABLE EUFRASIA IACONIS Misa en la Capilla Inmaculada Concepción
Como todos los años, la celebración
de la Misa por el aniversario de la partida al cielo de la Venerable Eufrasia
Iaconis convocó a la comunidad de Hermanas Hijas de la Inmaculada Concepción, a
los alumnos de los colegios de la ciudad de Buenos Aires, Colaboradores FIC y
laicos allegados a la Congregación. El Cardenal Arzobispo de Buenos Aires,
Mario Aurelio Poli, presidió la solemnidad, que fue concelebrada por sacerdotes
cercanos a la Congregación en sus distintas obras. El coro, dirigido por el
Pbro. Esteban Sacchi, acompañó momentos de la Misa.
Esa mañana, del mismo día 2, habían
asistido a la Curia Arzobispal de Buenos Aires, donde se efectuó la Clausura de
la fase diocesana del Presunto Milagro atribuido a la intercesión de la
Venerable Eufrasia. ¡El fervor y la alegría fueron signos de esta fecha!
