“La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudriñamos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía.”[1]

Estas personas que nos enseñan cómo alcanzar la meta, son los Santos: cercanos, porque compartieron nuestras fragilidades y nuestras luchas, pero verdaderas estrellas de nuestra vida, porque vivieron las virtudes en forma extraordinaria.

Este blog quiere hacerte conocer a una mujer ejemplar. Hoy la Iglesia, que es Madre de los Santos, está estudiando y valorando sus virtudes y sus obras que hoy perduran: es la Venerable, Madre Eufrasia Iaconis, Fundadora de las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires.



[1] Spes Salvi, N° 49

martes, 28 de julio de 2020

2 de agosto- Aniversario de la Venerable Madre Eufrasia Iaconis


Se acerca otro aniversario de la partida al Cielo de la Madre Eufrasia.
A las 17.30 hs., se celebrará una Misa, presidida por Mons. Enrique Eguía Seguí, Obispo auxiliar de Buenos Aires, junto a la tumba de la Madre, pidiendo su intercesión por las intenciones de todos, en este tiempo de pandemia que estamos atravesando.
Se transmitirá en vivo por Youtube (Hijasfic), y también por Instagram (@hijasfic), para celebrar a la distancia este día tan especial para toda la Familia FIC.

Religiosas Hijas de la Inmaculada Concepción




Link Youtube: https://youtu.be/vZS6GD95p3w 
Desde la página Fic: www.fic.org.ar
Instagram: @hijasfic

lunes, 8 de junio de 2020

Merendero Villa Inmaculada (Monte Grande) Al servicio del hermano en comunidad


Todo por amor a Jesús.
Venerable Madre Eufrasia



A raíz de la Cuarentena a causa del Covid-19, la situación económica de muchas familias se vio perjudicada y sus necesidades se acrecentaron. La Comunidad religiosa de Villa Inmaculada, Monte Grande, redobló su trabajo para ayudar a que muchas familias tengan comida en su mesa.
Frente a esta situación y al pedido de las Hermanas, tanto las comunidades educativas como personas allegadas, han colaborado para ayudar en la Obra de Villa Inmaculada. Con el aporte de todos, se logró comprar una amasadora, una sobadora y un horno, así como mercadería para continuar solventando las necesidades de estas familias.
Hoy queremos compartir con ustedes esta buena nueva, que vuelve a abrir nuestros corazones a la esperanza y renueva nuestra relación con Dios y el prójimo.

“Los gestos de amor, de preocupación por el otro, son una prolongación de ese abrazo de Dios. Gestos como el que ustedes han realizado, colaborando generosamente para aliviar la tarea de la comunidad de las Hermanas de Villa Inmaculada (Monte Grande), quienes han salido al encuentro de tantos hermanos afectados por la pandemia y el hambre.”[1]





[1] Superiora General de la Congregación Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires, Hna. Mabel A. Vetti,

jueves, 14 de mayo de 2020

LA FE Y LA FORTALEZA


En noviembre de 1912 la Madre Eufrasia se encontraba en Milán, había viajado a principio de ese año para iniciar la construcción del edificio y así poder fundar el Noviciado en el que tanta esperanza tenía. Esta obra llevó tiempo, durante ese lapso estuvo alejada de las Comunidades de la Argentina.
Si bien ella conocía la importancia de la obra emprendida, no le era sencillo estar separada de sus Hijas. Sabía de las necesidades espirituales, materiales y anímicas de éstas; aun así, la Madre siempre se mostró firme y con gran constancia ante las dificultades, haciéndole frente a las pruebas que aparecían en su camino, sabiendo que Dios y la Inmaculada jamás la abandonarían y entregándose a los designios divinos.
La Venerable Madre Eufrasia fue una mujer y una religiosa interpelada por la Fe y la Fortaleza, estas virtudes como otras fueron sus grandes herramientas para llevar adelante la Obra con perseverancia y confianza en Dios. Debemos ver en ella un ejemplo a seguir, permitámonos ser como las Hermanas que esperaban las palabras de aliento de la Madre a través de sus cartas y sigamos su consejo… recemos y dejemos en las manos de Dios y de la Virgen todas las dificultades que estemos pasando porque nunca van a soltarnos la mano.

“Sí, me es bastante doloroso el pasar este día lejos de mis queridas Hijas y de todo lo que formaba mi dicha y que; en ciertos momentos servían para hacerme olvidar mis penas y angustias. Fiat, oh Señor! Tú lo quieres, cúmplase en todo tu SS. Voluntad! Seamos generosas, ofrezcamos con ánimo grande este sacrificio que Jesús nos pide, para que Él y su Madre amadísima derramen sus gracias sobre esta fundación y sus más escogidas gracias bendiciones sobre nuestra amada Congregación”[1].



[1] Carta de la Madre Eufrasia a las Hermanas de Barrio Vila, Rosario. Milán, 11 de noviembre de 1912. AHFIC DE 3/ 4, 8, 12.

lunes, 13 de abril de 2020

Pascuas de Resurección


En estos días, tan difíciles, que estamos viviendo a   nivel mundial, es nuestro deseo fortalecernos en el sentido de la Semana Santa.

El Domingo de Gloria celebramos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, quien padeció y murió en cruz para salvarnos. En estas Pascuas, tan particulares, no olvidemos hacer un lugar en nuestros hogares y en nuestros corazones para dar la bienvenida al Señor Resucitado, y dejar en sus manos nuestros pecados y miserias.

Hacemos llegar un mensaje de la Venerable Madre Eufrasia para estas Pascuas; si bien sus palabras están dirigidas a Monseñor Mariano A. Espinosa, transmite en ellas hermosos deseos de aliento y esperanza, que compartimos para ustedes.

“El objeto de la presente es augurarle las felices Pascuas, juntamente a las más hermosas y expresivas gracias de Ntro. Señor Resucitado. Que desde el cielo, donde asciende glorioso y triunfante, envíe sus bendiciones sobre su veneranda persona y efluvios de felicidad inunden su ánimo […]”[1]



[1] Carta de la Madre Eufrasia a monseñor Mariano A. Espinosa, arzobispo de  Buenos Aires. Milán, 26 de febrero de 1913. AHFIC DE 3/ 4, 1, 3; F. 14 a 14 r.